top of page
Foto del escritorPrevencia

Colonias de pingüinos desaparecen en la Antártida por el cambio climático


El número de pingüinos barbijo en algunas colonias de la Antártida ha disminuido hasta en un 77% desde que se los contabilizó por última vez en la década de 1970, dicen los científicos que estudian el impacto del cambio climático en la remota región.


El pingüino barbijo, llamado así por la estrecha banda negra que tiene debajo de su cabeza, habita en las islas y costas del Pacífico Sur y los océanos Antárticos y se alimenta de krill.


“La disminución que hemos visto es dramática”, dijo Steve Forrest, un biólogo conservacionista que se unió a un equipo de científicos de las universidades estadounidenses de Stony Brook y Northeastern en una expedición que acaba de terminar.


“Algo está sucediendo con los componentes básicos fundamentales de la cadena alimentaria. Tenemos menos abundancia de alimentos que está haciendo que estas poblaciones disminuyan cada vez más y la pregunta es: ¿eso continuará?”.


Los científicos, que viajaron en dos barcos de Greenpeace -el Esperanza y el Arctic Sunrise-, desarrollaron su expedición del 5 de enero al 8 de febrero, y utilizaron técnicas de inspección manual y drones para evaluar la magnitud del daño.


El número de pingüinos en la Isla Elefante se ha desplomado en un 60% desde la última encuesta en 1971, a menos de 53,000 parejas reproductoras en la actualidad, según la expedición.


“Si bien hay varios factores que pueden explicarlo, todas las pruebas que tenemos apuntan al cambio climático como responsable de lo que estamos viendo”, dijo Heather Lynch, profesora asociada de ecología y evolución en la Universidad Stony Brook.


La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó la semana pasada que una base de investigación en la Antártida ha registrado la temperatura más alta jamás alcanzada en el continente, en un contexto de creciente preocupación por el calentamiento global que ha acelerado el descongelamiento de las capas de hielo alrededor del polo sur.


Un olor penetrante a excremento de pingüino informa a los científicos que se están acercando a una colonia incluso antes de que puedan escuchar el duro grito de las aves, que no le temen a los humanos y simplemente los ignoran.



Greenpeace está pidiendo a la ONU que se comprometa a proteger el 30% de los océanos del mundo para 2030, un objetivo solicitado por los científicos y un número creciente de gobiernos como el mínimo necesario para detener el daño causado por la actividad humana.


La ONU se reunirá del 23 de marzo al 3 de abril para tratar de acordar un tratado oceánico global, que podría demorar años en ratificarse.


“Creo que podemos perder mucho de lo que amamos (…) como los pingüinos de Isla Elefante, pero al final es cuestión de en qué tipo de mundo queremos vivir”, dijo Frida Bengtsson, activista de Greenpeace Oceans, a Reuters frente a la Isla Amberes.


“Nuestros océanos son increíblemente importantes para regular el clima global”.



Fuente: Forbes

0 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page