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Nueva ley en Washington permitirá convertir cadáveres en ‘composta humana’


En una iniciativa transformada en ley, Washington se ha convertido en el primer estado en legalizar la «reducción orgánica natural», un método de descomposición acelerada que transforma los restos en el suelo.


También conocido como «compostaje humano» o «recomposición», el proceso tarda entre cuatro y siete semanas y produce aproximadamente una yarda cúbica -0.76 metros cúbicos- de compost.

El gobernador Jay Inslee firmó oficialmente el proyecto de ley días pasados y la ley entrará en vigencia el 1 de mayo de 2020. El portavoz de Inslee, Jaime Smith, describió previamente la medida como un «esfuerzo serio para suavizar nuestra huella».


Tendencia en alza

En 2015, las cremaciones superaron los entierros por primera vez en la historia de los Estados Unidos. Y como lo señala la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, esta tendencia alcista continuará en las próximas décadas, y se espera que la tasa de cremación nacional alcance casi el 80% para 2035.


Aun así, aunque la cremación tiene ventajas ambientales obvias sobre el entierro, piense en todo la madera, el concreto reforzado, el acero, el cobre y el formaldehído carcinogénico necesarios para interceptar a los fallecidos, el proceso no es tan amigable para la Tierra como podría pensarse.


De hecho, Pacific Standard informó en 2016, que la cremación libera 600 millones de libras de dióxido de carbono en la atmósfera cada año.


El compostaje humano es una creación de Katrina Spade, directora ejecutiva de la compañía de entierro alternativo Recompose.


Quien en declaraciones periodísticas explicó que la recomposición implica trasladar el cuerpo a una instalación especialmente diseñada: “parte parque público, parte funeraria, parte memorial para las personas que amamos”, en palabras del empresario, y colocarlo dentro de un recipiente lleno de astillas, alfalfa y paja.


El proceso

Explicó además que después de varias semanas de actividad microbiana, el cuerpo se descompone en el suelo que luego puede ser entregado a la familia del difunto o utilizado por los grupos de conservación para «nutrir la tierra».


«Recompose se acerca tanto al proceso natural de descomposición como supondría que se sometería a un organismo antes de que tuviéramos una sociedad industrializada», dice Troy Hottle, becario postdoctoral de la Agencia de Protección Ambiental que asesora al equipo de Recompose.


«En un entorno urbano, que es donde la población mundial está creciendo y el uso de la tierra es un factor primordial, es el método de entierro más eficiente y ambientalmente racional».



Fuente: Forbes

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