Los demócratas presionan para imponer el aborto químico ignorando los riesgos para las mujeres
En un nuevo esfuerzo para impulsar la agenda abortista en EE. UU., los demócratas de la Cámara de Representantes se encuentran presionando a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) para que eliminen las restricciones para la mifepristona, un fármaco utilizado comúnmente para llevar a cabo abortos en los tres primeros meses de embarazo.
La actual política de la FDA requiere que las mujeres obtengan la primera de las dos píldoras de aborto químico a través de un profesional de la salud y no a través de la telemedicina. El requisito de la presencialidad tiene el propósito de que las mujeres reciban el control y el seguimiento necesario, de acuerdo con National Review.
Los parámetros de la FDA para el suministro del medicamento requieren que se ordene, se recete y se distribuya por o bajo la supervisión de un proveedor de atención médica. Así mismo condiciona el acceso del tratamiento a clínicas, consultorios médicos y hospitales por o bajo la supervisión de un proveedor de atención médica certificado.
Desde la semana pasada, varios congresistas demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes enviaron una carta a la comisionada en funciones de la FDA, Janet Woodcock, exigiendo que se elimine inmediatamente el requisito de dispensación en persona para el medicamento, considerándolo como “médicamente innecesario”.
Los demócratas buscan respaldar su solicitud argumentando que “imponer este requisito en medio de una pandemia mortal, una que ha impactado de manera desproporcionada a las comunidades de color en los Estados Unidos, coloca innecesariamente a los pacientes y proveedores en peligro y afianza aún más las inequidades de salud de larga data”.
Como señala National Review, la misiva es el último movimiento en los esfuerzos de los legisladores demócratas junto a los grupos proaborto para eliminar los requisitos de seguridad para el aborto químico durante la pandemia por el virus del PCCh (Partido comunista chino) o COVID-19.
En marzo del año pasado, una coalición de fiscales generales demócratas, instó a la FDA a eliminar las pautas de seguridad durante la pandemia, y el pasado verano, un juez federal las calificó como un “obstáculo sustancial”, sustentando el supuesto derecho al aborto bajo las condiciones en medio de la pandemia y las cuarentenas impuestas.
Bajo la administración de Joe Biden, los planes para erradicar las leyes y políticas provida por las que trabajó la administración de Donald Trump continúan avanzando.
A pocos días de haber ocupado el cargo, Biden firmó una orden ejecutiva para eliminar la política de la Ciudad de México, firmada por Trump, la cual prohibía que los fondos federales fueran destinados a organizaciones no gubernamentales que realizan intervenciones médicas para interrumpir el embarazo por fuera de las fronteras de EE. UU.
En el 2019, Biden se mostró a favor de derogar la enmienda Hide, que prohíbe el uso de dinero federal para servicios de aborto en la mayoría de los casos. Para entonces dijo: “No puedo justificar dejar a millones de mujeres sin acceso a la atención que necesitan y la capacidad … de ejercer su derecho constitucional protegido”.
Sin embargo, estudios revisados por pares han demostrado que más de dos millones de personas están vivas hoy en los Estados Unidos debido a la enmienda Hyde, con aproximadamente 60,000 niños que no mueren por aborto cada año.
Esto significa que más de dos millones de personas que habrían sido abortadas sobrevivieron, dado que los fondos no fueron dispuestos para acabar con las vidas de nonatos, siendo destinados en cambio para la atención y cuidado prenatal de las madres.
Respecto a los abortos químicos, informes han demostrado que actualmente hay un aumento en esta práctica en relación con la tasa general de abortos en EE. UU. Un informe de National Review, explica que desde que la FDA aprobó por primera vez la mifepristona para los abortos en 2000, ha habido un aumento constante de abortos químicos.
“Entre 2015 y 2018, el porcentaje del total de abortos que fueron abortos químicos aumentó del 25 al 40 por ciento”, indica el informe. “Entre los 42 estados que informaron datos sobre el tipo de procedimiento tanto en 2017 como en 2018, el número de abortos químicos aumentó en más del 10 por ciento”.
El aumento en la cantidad de abortos químicos sería una de las principales razones por las que los Centros para el Control de Enfermedades registraran un aumento poco común en la tasa general de abortos en el 2018, pese a que históricamente la tasa de abortos en EE. UU. se redujo considerablemente desde 1980.
Mientras tanto, la campaña de los demócratas para garantizar el aborto químico ignora los riesgos para las mujeres que toman el tratamiento con mifepristona especialmente sin la supervisión adecuada o el acceso a la atención de seguimiento, ignorando los posibles efectos secundarios y complicaciones del medicamento que requieren asistencia especializada.
Fuente
Álvaro Colombres Garmendia-BLes.com
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