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Los aborígenes australianos se manifiestan contra la deforestación

Después de haber escapado de los devastadores incendios de Australia a finales de 2019, el bosque de Nueva Gales del Sur está ahora bajo la amenaza de los madereros. Pero los aborígenes están luchando por protegerlo.

Llueve, el suelo bajo los pies se ha convertido en barro y el ambiente está lleno de mosquitos. Pero los activistas a la entrada del bosque estatal de Nambucca, en Nueva Gales del Sur, no desisten. Muchos de ellos han acampado durante semanas entre los altos eucaliptos.


A principios de junio, Australia inició su desescalada. Mientras que algunos se dirigieron a relajarse a la playa, otros prefirieron aglomerarse en centros comerciales. Pero los activistas han empleado la libertad recuperada para manifestarse contra la deforestación. En su opinión, este bosque tiene un valor cultural y ecológico inestimable.


Cada día, decenas de manifestantes llegan de los pueblos costeros cercanos. Sandy Greenwood, una mujer del grupo aborigen de Gumbaynggirr, cuyos ancestros han vivido en esta parte de Australia durante decenas de miles de años, vigila el campamento día y noche.


"Protestamos porque si no actuamos ahora, nuestro patrimonio cultural será destruido", manifiesta Greenwood a DW. "Nuestros hermosos árboles centenarios serán talados, la rara flora se extinguirá y nuestros koalas y especies en peligro de extinción no tendrán ningún otro lugar a dónde ir", lamenta.

Un precioso hábitat para las especies amenazadas


Este bosque tropical primario, situado en la costa, es el hogar de una multitud de especies, como búhos, koalas, murciélagos de cueva y una entrañable zarigüeya con orejas caídas conocida como el planeador de vientre amarillo. Asimismo, es una importante parada de aves migratorias.


El hecho de que esta zona escapara de los incendios forestales que asolaron cinco millones de hectáreas en Nueva Gales del Sur, incluyendo cerca de un millón de hectáreas de bosque primario, a finales de 2019 y principios de 2020, hace que su preservación sea aún más importante para los animales que han sobrevivido en este hábitat.


Sin embargo, en abril, la empresa estatal Forestry Corporation de Nueva Gales del Sur anunció el desbroce de 140.000 hectáreas de tierras forestales y comenzó a trabajar inmediatamente después. Más de 100 hectáreas del bosque estatal de Nambucca también están afectadas por las operaciones de tala. La madera se empleará como material de construcción.


"La tala de árboles comenzó durante el confinamiento. Los opositores no pudieron organizar manifestaciones para expresar sus preocupaciones", cuenta Lyn Orrego, de la Asociación de Conservación del Valle de Nambucca, a DW.


Fuente DW

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