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La economía china se desangra, en plena pandemia


Resultados peores de lo previsto. China, cuya economía está paralizada por la lucha contra la COVID-19, reveló este lunes una serie de indicadores catastróficos: la producción industrial se contrajo por primera vez en casi 30 años y las ventas minoristas se desplomaron.


En los primeros dos meses del año, la producción industrial cayó un 13,5% interanual, frente al +6,9% de diciembre.


Es la primera contracción desde enero de 1990 (-21,1%), según la economista de ING Iris Pang.


Pekín suele agrupar las estadísticas económicas de los dos primeros meses del año debido al Año Nuevo chino, que cae en una fecha variable de enero o febrero.


Las ventas minoristas, que reflejan el consumo, cedieron un 20,5% en comparación con los primeros dos meses de 2019, anunció la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS).


"La epidemia del nuevo coronavirus ha reducido la actividad económica en los dos primeros meses del año", cuando decenas de millones de chinos estaban enclaustrados en casa, reconoció la BNS.


"Pero en general, las consecuencias a corto plazo son (...) manejables", matizó el organismo en un comunicado.


Estos resultados son más catastróficos que las previsiones de los analistas consultados por la agencia financiera Bloomberg.


Estos últimos vaticinaban una contracción del 3% de la producción industrial y de 4% de las ventas minoristas.


La economía china quedó prácticamente paralizada en febrero por las medidas tomadas por el gobierno.


La provincia de Hubei (centro), donde comenzó la epidemia por coronavirus a fines del año pasado, confinó a unos 56 millones de habitantes, lo que interrumpió el transporte de mercancías y trastocó las cadenas de suministro.


¿Lo peor está por llegar?

Las largas vacaciones del Año Nuevo lunar, que cayó el 25 de enero, también se prolongaron hasta el 10 de febrero en la mayor parte del país en un intento por frenar la epidemia.


La recuperación de la actividad fue muy fragmentada y muchas empresas todavía están empezando a reanudar la producción, aunque las grandes ciudades, como Pekín y Shanghái, dan muestras de mejora.


La fuerte caída de las infecciones en China en las últimas semanas contrasta con el aumento de los casos en otras partes del mundo, sobre todo en Europa.


"La situación (sanitaria) en China mejorará lentamente en los próximos meses, pero las consecuencias globales del nuevo coronavirus continuarán frenando la recuperación", advierte el analista Julian Evans-Pritchard del gabinete Capital Economics, que teme indicadores económicos "peores" el próximo mes.


Las exportaciones chinas, el motor de la economía del gigante asiático, se desplomaron (-17,2% interanual) en los dos primeros meses del año.


Y el índice de desempleo, medido en China solo en áreas urbanas, aumentó en un punto en febrero hasta 6,2% contra 5,2% en enero, según la BNS. Fue del 3,8% para todo 2019.


Para apoyar a la economía, Pekín decidió el viernes inyectar el equivalente a 70.600 millones de euros (78.700 millones de dólares): el banco central chino anunció el lunes la reducción del coeficiente de reservas obligatorias de los bancos en una proporción de entre medio punto y un punto porcentual.


Con esta decisión espera incitar a los bancos comerciales a prestar más dinero a las pequeñas y medianas empresas -las más dinámicas en términos de empleo pero también las más debilitadas- para apoyar a la economía real.



Fuente: AFP

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