Jair Bolsonaro, positivo por Covid-19
El presidente brasileño, que mantiene su campaña contra las medidas de aislamiento social y las mascarillas, asegura que la pandemia es inevitable después de confirmar su contagio: "El coronavirus es como una lluvia, te va a afectar"
El presidente brasileño Jair Bolsonaro dio positivo en coronavirus, según explicó él mismo la tarde de este martes. "Acabo de dar positivo", dijo desde el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial, en declaraciones a los medios. La expectativa era grande, después de que el lunes acudiera por sorpresa al Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia para realizarse una radiografía en los pulmones. Bolsonaro aseguró que decidió acudir al hospital después de sentir cansancio y dolores musculares y una leve fiebre de 38 grados.
"Dados los síntomas decidieron aplicarme ya la hidroxicloroquina. Ya tomé el primer comprimido", dijo Bolsonaro, que aseguró que ya está sintiendo los efectos, a pesar de las dudas sobre la eficacia de este controvertido medicamento. "Confieso que estoy perfectamente bien", dijo.
Bolsonaro asumió que puede haberse contagiado por su "actitud dinámica" en las últimas semanas. "Yo estoy en la línea de frente de combate, en medio del pueblo, me gusta estar en medio del pueblo. Por estar así pensaba que podría haberme contagiado y no haberlo notado. Si no me hubiera hecho el examen podría estar trabajando y contaminando a gente, por eso quise hacerme el examen el lunes, para evitar contagios a terceros".
Desde el inicio de la pandemia Bolsonaro ha incumplido de forma reiterada todas las recomendaciones sanitarias de aislamiento social, en muchas ocasiones incluso acudiendo a manifestaciones organizadas por sus simpatizantes, por lo que fue duramente criticado. Dos ministros de Salud tiraron la toalla por las continuas tensiones con el presidente por su manera de encarar la crisis sanitaria.
El desafío al virus se arrastró durante todo este tiempo. El pasado 4 de julio Bolsonaro comió con el embajador de EEUU en Brasil, Todd Chapman, para celebrar el día de la Independencia. También estaban uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro, y cinco ministros, entre ellos el de Defensa y el de Exteriores. El clima era de fiesta. Nadie usó mascarillas.
Bolsonaro dijo que la primera dama, Michele Bolsonaro, también se sometió en el examen y que en los próximos días trabajará por videoconferencia desde el Palacio de la Alvorada. La agenda oficial, incluyendo un viaje al estado de Bahía previsto para el viernes, ha sido cancelada. A pesar de todo, Bolsonaro siguió con su retórica de que la pandemia es algo inevitable y que no hay mucho que hacer: "Este virus es casi como una lluvia. Te va a afectar. A algunos no, pero desgraciadamente ocurre", resumió.
El presidente brasileño tiene 65 años y aunque el principio de la pandemia presumía de que él pasaría la Covid-19 como un constipado porque tiene "historial de atleta" lo cierto es que su salud es delicada. En septiembre de 2018 recibió una puñalada en el estómago que casi acaba con su vida y que le obligó a pasar por el quirófano en varias ocasiones en su primer año de Gobierno.
A VUELTAS CON EL TEST
Este es el cuarto test al que se somete el presidente. Los anteriores estuvieron rodeados de polémica. A principios de marzo, Bolsonaro realizó un viaje oficial a Miami y a su regreso se supo que más de 20 miembros de su comitiva se contagiaron, entre ellos tres ministros muy próximos. Bolsonaro rápidamente dijo que él estaba sano. Eran los tiempos en que aún decía que el virus era una "gripecita" y que los medios estaban exagerando.
En su particular campaña contra las medidas de aislamiento social que han implantado como han podido gobernadores y alcaldes se pasó semanas saludando y acercándose a simpatizantes y reuniéndose con ministros y todo tipo de políticos sin mascarilla. En una entrevista en la radio confesó que "quizá" se había contagiado y que ni siquiera lo notó.
La presión para que mostrara los dos tests que se realizó y que según él dieron negativo iba en aumento. La oposición recordaba que en caso de positivo podría haber cometido dos delitos: por haber mentido a la nación y por haber atentado contra la salud pública.
"Mi palabra vale más que cualquier papel", replicaba entonces el presidente, mientras el Gobierno recurría hasta el final para no mostrar los resultados. Finalmente, el Tribunal Supremo le obligó. Al final, eran negativos. Ahora, habrá que ver qué consecuencias traerá este positivo a nivel político.
CRUZADA CONTRA EL USO DE MASCARILLAS
El contagio de Bolsonaro coincide con su reciente cruzada contra el uso de mascarillas contra la Covid-19. Desde el principio de la pandemia siempre fue reacio a usarlas o lo hacía de forma aleatoria, pero en los últimos días vetó partes de una ley aprobada por el Congreso Nacional que obligaba a usarlas. Primero eliminó el punto que las convertía en obligatorias en comercios, industrias, templos religiosos, centros de enseñanza y otros establecimientos cerrados en que pueda haber aglomeración de personas y después también vetó el uso de mascarilla de protección dentro de las cárceles.
Mientras tanto, el país sigue inmerso en la pandemia, aunque el ritmo de muertes y contagios, de forma global, parece que empieza a estabilizarse. De momento, según los datos más recientes del Ministerio de Salud, ya son más de 66.000 muertos y hay más de 1,6 millones de casos confirmados. Los números no bajan, pero ya no crecen al mismo ritmo que antes. Desde hace dos semanas la media de muertes diarias ronda las 1.200. En los estados más afectados, São Paulo y Río de Janeiro, las muertes están cayendo notablemente y los hospitales empiezan poco a poco a respirar.
Fuente El Mundo
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