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Grandes marcas vinculadas al trabajo forzado de los uigures en China, denuncia ONG


AFP/Archivos / GREG BAKER
Organizaciones de derechos humanos estiman que China internó al menos a un millón de musulmanes en "campos de reeducación" en Xinjiang. Pekín niega esa cifra y habla de "centros de formación profesional" para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.

China trasladó a decenas de miles de miembros de la minoría musulmana uigur, detenidos en campos de internamiento, a fábricas proveedoras de al menos 80 grandes marcas mundiales, según un informe del centro de reflexión australiano difundido este lunes.


Entre 2017 y 2019, más de 80.000 uigures, detenidos en la región de Xinjiang (noroeste), fueron trasladados a fábricas "que pertenecen a la cadena de suministro de 83 marcas conocidas mundialmente en la tecnología, los textiles y la industria del automóvil", afirmó el Instituto Australiano de Estrategia Política (ASPI).


"Las fábricas recurren al trabajo forzado de los uigures en el marco de un mecanismo de transferencia controlado por el Estado (chino), lo que mancha las cadenas de producción a escala mundial", insirió el instituto en un informe de 56 páginas.


Entre las marcas señaladas están grandes nombres de la electrónica (como Apple, Sony, Samsung, Microsoft, Nokia), del textil (Adidas, Lacoste, Gap, Nike, Puma, Uniqlo, H&M y otras) e incluso del automóvil (BMW, Volkswagen, Mercedes-Benz, Land Rover, Jaguar), según el documento.


También se identificaron grandes grupos chinos, entre los que figuran fabricantes de automóviles, pero también de alta tecnología como Haier (electrodomésticos), Huawei u Oppo (teléfonos inteligentes).


El gobierno chino puso en marcha en Xinjiang una política de seguridad máxima en respuesta a la violencia interétnica que ha ensangrentado esa vasta región en los últimos años, atribuida por las autoridades a separatistas uigures.


Varias organizaciones de derechos humanos acusan a China de haber internado en Xinjiang al menos a un millón de musulmanes en "campos de reeducación". Pekín niega esa cifra y habla de "centros de formación profesional" para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.


No obstante, según el informe del centro de reflexión australiano, los trabajadores uigures trasladados a fábricas en el resto de China siguen privados de libertad y obligados a trabajar bajo estrecha vigilancia.


"Las empresas que se benefician del trabajo forzado de los uigures en su cadena de producción infringen las leyes que prohíben la importación de bienes producidos" en esas condiciones, señaló.


El informe insta a los grupos señalados "a realizar investigaciones inmediatas y exhaustivas sobre el respeto de los derechos humanos en las fábricas que los abastecen en China".


La AFP contactó a algunas de esas empresas. Las autoridades de Xinjiang y el ministerio de Asuntos Exteriores no estaban disponibles en lo inmediato para reaccionar.


El gobierno reconoce el traslado de "mano de obra excedente" de Xinjiang a otras regiones en nombre de la lucha contra la pobreza.


Fuente AFP

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