Gobierno de Trump confisca 50 millones en bienes producidos con trabajo esclavo
En lo que va del año 2020 las autoridades de Aduanas y Protección de la Frontera de los Estados Unidos han incautado 50 millones en bienes hechos con trabajo esclavo, principalmente de China y Malasia, reportó Washington Examiner.
La ley federal prohíbe la importación de bienes extraídos, fabricados o producidos, en parte o totalmente, por mano de obra de convictos, trabajo infantil forzado y trabajo en régimen de servidumbre.
Durante el año fiscal 2020 el departamento de Protección de la Frontera y Aduana (CBP) emitió 13 órdenes para evitar la entrada a los EE. UU. de bienes extranjeros producidos por empresas extranjeras que dependían de niños, trabajadores maltratados y personas en campos de concentración.
Las órdenes emitidas durante el último año fueron más que los cuatro años anteriores juntos. En 2020, el CBP incautó 300 cargamentos que contenían más de 50 millones de dólares en mercancías hechas con trabajos forzados.
El 1 de julio de 2020, el departamento de Seguridad Doméstica emitió un comunicado a todas las empresas estadounidenses que producen sus bienes en empresas en la región de Xinjiang que están involucradas en violaciones a los derechos humanos.
“El gobierno de la RPC en Xinjiang ha detenido… por períodos indefinidos a más de un millón de uigures, kazakos, kirguises y miembros de otros grupos minoritarios musulmanes en campos de concentración destinados a erradicar las identidades culturales y religiosas de los detenidos y a adoctrinarlos con la ideología del Partido Comunista Chino (PCCh)”, dice el comunicado.
En el comunicado el subsecretario Cuccinelli advirtió que las compañías americanas deberían evaluar sus actividades comerciales y “examinar el impacto que esta exportación de trabajo forzado tiene en sus cadenas de suministro y, lo que es más importante, en sus reputaciones”.
Aparentemente, algunas compañías americanas, no parecen haber leído el comunicado.
En un informe reciente se supo que Apple, Adidas, Calvin Klein, GAP y H&M usan algodón de los campos de trabajo forzado de la provincia de Xinjiang, China.
En mayo, las autoridades prohibieron las importaciones hechas por la Hetian Haolin Hair Accessories Co. (accesorios para el cabello) de Xinjiang. Luego, en junio, los oficiales de la protección de fronteras en el Puerto de Nueva York/Newark interceptaron un cargamento de Xinjiang que contenía 13 toneladas de extensiones de cabello humano y productos que sospechaban que estaban hechos de por menores de edad forzados y en prisión.
Luego el gobierno impuso una prohibición a todos los productos de Meixin Hair Product (productos para el cabello) Co. del condado de Lop de donde provenían las extensiones de cabello humano.
Las autoridades de la frontera también anunciaron la prohibición de un aceite de palma hecho en la Plantación Sime Darby Berhad de Malasia, acusada de maltratar a sus trabajadores, incluso mediante violencia física y sexual, retener sus salarios, intimidación y amenazas, y restricción de la circulación.
Ana Hinojosa, funcionaria de Aduanas y Protección de Fronteras explicó: “El objetivo de estas empresas [de aceite de palma] es reducir sus costos de producción y vender sus productos por debajo del valor de mercado, lo que por supuesto introduce una competencia desleal en la cadena de suministro mundial”.
Y agregó: “Esa competencia desleal perjudica a las empresas legítimas que sí respetan los derechos humanos y las normas laborales justas. Además, el trabajo forzado es inherentemente injusto para los consumidores que pueden comprar sin saberlo bienes hechos sin ética”.
El contraste, fuentes cercanas informan que la Unión Europa está a punto de firmar un enorme tratado comercial con Beijing, a pesar de las reiteradas denuncias por los abusos a los derechos humanos del régimen chino.
Aunque el acuerdo aún tiene que ser aprobado por el Parlamento Europeo, donde quizás haya algunos miembros que quieran bloquearlo, el hecho de que los “líderes” europeos reconozcan al régimen genocida de China como un socio comercial, otra vez, es un claro contraste entre estos “políticos” y el un líder como el presidente Trump que usa su humanidad para tomar decisiones sin tener en cuenta lo que es “políticamente correcto”.
Fuente
Álvaro Colombres Garmendia – BLes.com
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