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Escándalos sexuales en la alcaldía de París

Han estallado tres en menos de setenta días, algo que no tiene precedentes en la agitada historia municipal de la capital francesa

En la alcaldía de París han estallado tres escándalos de agresiones sexuales en menos de setenta días, poniendo en «cuarentena ecológica» a la alcaldesa, Anne Hidalgo, nacida en la provincia de Cádiz, con un equipo de izquierda «arco iris» que integra a socialistas, comunistas, izquierdistas y ecologistas.


El 23 de julio pasado se vio forzado a dimitir Christophe Girard, responsable de los asuntos culturales de París, tras haber sido, durante muchos años, el hombre de confianza de Pierre Bergé, compañero íntimo y gran gestor de los negocios íntimos y comerciales de Yves-Saint-Laurent (YSL).


Girard se vio forzado a dimitir, tras descubrirse que fue algo así como «mecenas» del escritor pedófilo Gabriel Matzneff, cuyas apologías de la pedofilia y abuso de niñas menores y muy menores de edad, está en curso de instrucción, por decisión personal de Emmanuel Macron.


Como «hombre para todo» en la gran empresa comercial de YSL, y como responsable de asuntos culturales de la alcaldía de París, Girard ofreció a Matzneff ayudas financieras en un volumen mal conocido y prestaciones de servicios de muy diversa índole: de viajes al extranjero con cargo al erario público a un «coqueto» piso propiedad de la alcaldía de París, a quinientos metros de Notre Dame de Paris.


Christophe Girard se dice víctima de una «caza de brujas», y tener una «vida familiar tranquila, con mi esposa e hijos». Tranquilidad familiar compatible, para su sensibilidad, con una «vida sentimental muy rica, con hombres y mujeres, durante muchos años».


El 14 de septiembre pasado, cincuenta y dos días después de la dimisión del responsable de asuntos culturales de París, se vio forzado a dimitir, Pierre Aidenbaum, socialista histórico, con un cargo excepcional, de imprecisas fronteras fluviales: era responsable para todos los asuntos del Sena. Una semana antes de dimitir o ser dimitido, Aidenbaum había prometido que los parisinos podrían bañarse en «su» río, en un par de años. La podredumbre municipal quizá lo haga imposible.


Aidenbaum ha sido acusado, ante la justicia, por una secretaria que se dice víctima de «abusos y agresiones sexuales». Según fuentes judiciales, Aidenbaum sostuvo durante muchos años «relaciones íntimas» con una o varias secretarias de la alcaldía. Hasta que la última irrumpió a llorar por los pasillos del edificio de la alcaldía de París, anunciando que se disponía a presentar una querella judicial.


Dos semanas más tarde, el 30 de septiembre pasado, una «colaboradora» de Anne Souyris, adjunta a la alcaldesa para asuntos ecológicos, denunció ante la policía judicial a un miembro del equipo municipal, cuya identidad se ha preferido ocultar, de entrada, acusado en estos términos: «Me hizo esperar en sus gran despacho. Cuando llegó, comenzó a sobarme, prometiéndome que me daría trabajo como actriz intermitente.


Me desnudó por la fuerza, hasta conseguir violarme».


Anne Hidalgo guarda silencio


Anne Hidalgo, alcaldesa de París, ha preferido guardar silencio personal ante estos tres escándalos a repetición, limitándose a publicar sucesivas declaraciones administrativas, afirmando que la alcaldía será «intratable» en asuntos de agresiones y violencias sexuales.


El estallido de tres escándalos sexuales en menos de setenta días no tiene precedentes en la agitada historia municipal de París.


Los tres escándalos tienen algo muy profundo en común: son los concejales ecologistas los que ha decidido «tirar de la manta» de unos comportamientos agresivos, poniendo al equipo de Anne Hidalgo en algo parecido a una «cuarentena ecológica». El grupo ecologista de la alcaldía de París tiene excelentes relaciones con numerosos grupos feministas, que tienen muchas reservas sobre el comportamiento «íntimo» de sus colegas socialistas e izquierdistas en el mismo equipo.


Fuente DW

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