En todo el mundo los jóvenes exigen acciones contra el cambio climático
Desde Sídney hasta Seúl, desde Berlín hasta Nueva York, niños y adolescentes faltaron masivamente a clases el 15 de marzo para exigir acciones contra el cambio climático.
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Fue un evidente despliegue de cuán alarmada está toda una generación. Fue también un atisbo de la furia dirigida a los adultos que, desde el punto de vista de los manifestantes, no han tomado el calentamiento global con la suficiente seriedad.
Londres, Inglaterra
“Sentir que tu voz es escuchada y sentirte apoyada por tantas personas alrededor del mundo es empoderador”.
Darilla Gilberthorpe, de 17 años
Berlín, Alemania
“Estamos aquí porque es importante, se trata de nuestro futuro. Porque, hay que aceptarlo, aquellos sentados ahora en el parlamento probablemente no estarán ahí en el futuro y eso va a afectarnos”.
Luis Anzolin, de 15 años
Bruselas, Bélgica
“Estoy aquí porque pienso que deberíamos haber hecho algo hace diez o veinte años. Sin embargo, afortunadamente el mundo está despertando. Entre más personas haya aquí, será mejor el impacto”.
Anamaria Vaga, de 19 años.
París, Francia
“¿Deberíamos permanecer sentados en clase durante tres horas esta tarde cuando no tenemos futuro? No tiene caso”.
Lucie Retailleau, de 16 años
Sídney, Australia
“Aunque no podemos votar, podemos tener una postura”.
Kim Lombard, de 15 años
Las protestas estudiantiles, inspiradas por una adolescente sueca de 16 años llamada Greta Thunberg, se han expandido a través de Europa. Durante los últimos meses, cada viernes, miles han marchado en Berlín, Bruselas, Londres y otras capitales europeas.
Recientemente, las protestas han comenzado a germinar también en Estados Unidos y la región de Asia Pacífico, donde miles se presentaron la mañana del 15 de marzo para las primeras manifestaciones del día en Australia, Nueva Zelanda y varios países insulares del Pacífico. Posteriormente, las protestas se extendieron hacia el oeste conforme avanzó la mañana en Asia y Europa.
Las huelgas han subrayado una significativa brecha generacional respecto al cambio climático, particularmente en un puñado de países. Los veinte años más calurosos desde que hay registro han ocurrido en los últimos veintidós años, en esencia, durante la vida de los niños y adultos jóvenes de la actualidad.
En una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Pew, realizada en veintiséis países, una porción significativamente más grande de jóvenes dijeron estar preocupados por la amenaza del cambio climático, en comparación con las personas cuya edad supera los 50 años, en Estados Unidos, Francia, Australia y Filipinas.
En la encuesta de Pew, la brecha generacional fue significativa incluso después de que los expertos en estadística ajustaron el resultado de acuerdo a las afiliaciones políticas. En los cinco años transcurridos desde que la encuesta global comenzó, la preocupación por el cambio climático ha aumentado entre los estadounidenses, pero a un ritmo mucho más acelerado entre los jóvenes. Otras encuestas han descubierto que los republicanos más jóvenes están significativamente más preocupados por el cambio climático que los miembros de mayor edad del partido.
Mark Margolin, cuya hija organizó una marcha juvenil contra el cambio climático en Washington a mediados del año pasado, dijo que entendía intelectualmente la urgencia de combatir el cambio climático, pero no compartía el pánico emocional que la generación más joven siente. En parte, dijo, es porque ha visto al mundo superar otros desafíos globales, como por ejemplo el miedo a una confrontación nuclear durante la Guerra Fría.
No obstante, también es porque los padres como él están concentrados en el corto plazo. “No tengo el miedo y el pánico que ellos tienen”, dijo. “Los adultos están tan centrados en ‘¿Puedo pagar las cuentas? ¿Podré pagar la colegiatura universitaria de mi hija?’”.
Nadia Nazar, de 16 años, de Baltimore, una de las organizadoras del mitin del viernes en Washington, dijo que los jóvenes no ven la crisis de la misma manera.
“Mi generación es la primera generación que será afectada de manera significativa”, dijo. “Quiero que ellos entiendan que han podido llevar vidas bastante normales. Si el cambio climático continúa y empeora, entonces no podremos llevar una vida buena y normal”.
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