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En España La Iglesia reabre sus templos para volver a dar misas públicas con restricciones

  • Foto del escritor: Prevencia
    Prevencia
  • 30 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

La Conferencia Episcopal publica las 27 medidas que adoptarán las diócesis durante las fases de la desescalada para que los fieles participen en las celebraciones religiosas de manera segura

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Iglesia vacía de la parroquia de Santa Cruz, en Madrid, este martes. En vídeo, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüelles, anuncia este jueves las medidas para volver a ofrecer misas durante las fases de desescalada. MARTA FERNÁNDEZ JARA / EUROPA PRESS

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha hecho público este jueves en su web el elenco de sugerencias en el que llevaba trabajando varios días para volver a ofrecer misas públicas durante las diferentes fases de la desescalada, que esta semana ha anunciado el Gobierno. Estas disposiciones (27 en total) engloban desde aspectos generales –como la reducción del aforo a un tercio de los templos durante la primera fase y a la mitad durante la segunda– hasta específicos, como pasar el cepillo en la puerta de las iglesias o darse la paz durante la misa con un gesto para evitar el contacto.


Desde el decreto del estado de alarma, las celebraciones religiosas han estado permitidas (siempre que haya un metro de distancia entre asistentes y con medidas de seguridad sanitarias), pero la mayoría de los obispos decidieron suspender la asistencia a las iglesias como método de prevención de los contagios. La CEE ha indicado que la aplicación de estas medidas comenzará el lunes 11 de mayo con el objetivo de “tener una experiencia previa” para las celebraciones dominicales de esa misma semana. No obstante, la Conferencia Episcopal insiste a los fieles a seguir escuchando la misa desde sus casas, a través de los medios de comunicación y redes sociales.


El órgano religioso recomienda a los obispos que aumenten el número de celebraciones los días en los que haya más afluencia de fieles, como los domingos. Asimismo, les recuerda que las medidas de seguridad (como el uso de mascarillas y guantes) deben estar presentes. Por ello, junto a las pilas de agua bendita –vacías para evitar contagios– se colocarán botes con gel hidroalcohólico. Las puertas de los templos deberán estar abiertas antes y al terminar las celebraciones “para evitar el contacto de los fieles con los pomos y las manillas”, añade el documento. El sacerdote, que deberá desinfectarse las manos antes de cada oficio, entregará la comunión en las manos y en silencio.


Las recomendaciones de la Conferencia Episcopal son similares a la que su homóloga alemana publicó la semana pasada, aunque con ligeras diferencias: a los obispos españoles no se les ha mencionado qué medidas tomar en las celebraciones al aire libre o si deben poner marcas y barreras en los bancos para indicar a los fieles cuál es la distancia de seguridad que deben adoptar. Las sugerencias ya se han entregado a las 70 diócesis, que serán las encargadas de ejecutarlas, ya que la CEE es un organismo que no tiene autoridad sobre los obispados como para exigirles las disposiciones que deben realizar en esta materia. Prueba de ello es el caso de Alcalá de Henares (Madrid), en el que el obispo Juan Antonio Reig Pla se mostró objetor y no suspendió, como la mayoría de los episcopados españoles, las misas públicas.


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Para que estas proposiciones se ejecuten de la mejor manera posible, la CEE ha recomendado a las diócesis que elijan a “personas responsables” para que ayuden a organizar las celebraciones: apertura de puertas, distribución de fieles, el turno para comulgar, etcétera. Otra de las recomendaciones es evitar los coros. “Se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. No habrá hoja de cantos ni se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel”, indica la dispensa. Al terminar la celebración, cada parroquia desinfectará todo el templo, desde los bancos hasta los objetos litúrgicos.


El texto también pide a los obispados prohibir las visitas turísticas a los templos durante la primera y segunda fase de la desescalada. Por otro lado, para las visitas a las dependencias parroquiales, la Conferencia Episcopal seguirá las mismas pautas previstas por el Ministerio de Sanidad: un máximo del tercio habitual en lugares cuyo aforo es de 50 personas durante la segunda fase y la mitad durante la tercera. Para los aforos de 80 personas solo podrán realizarse actividades con un tercio de su capacidad habitual y durante la tercera fase.


Confesarse con mascarillas y a un metro de distancia


La CEE también ha recogido varias indicaciones específicas para las celebraciones de los sacramentos, que se verán modificadas a causa del riesgo de propagación del virus. Por eso, durante la confesión, tanto el sacerdote como el feligrés deberán llevar mascarilla y guardar la distancia de seguridad sanitaria, por lo que los confesionarios quedarán en desuso. “Se ha de escoger un espacio amplio y mantener la distancia social asegurando la confidencialidad”, dispone el nuevo protocolo.


Para los ritos donde el sacerdote debe aplicar óleo o agua bendita (caso de bautismos, confirmaciones y unción de enfermos), el presbítero no podrá reutilizar el agua entre los bautizados y deberá utilizar un bastoncillo o algodón de un solo uso para ungir a los fieles, que luego tendrá que incinerar al terminar la celebración. En estas sugerencias tampoco se recomienda que los sacerdotes de mayor edad administren la unción de enfermos a personas con la covid-19. Para los funerales y las exequias se seguirán las mismas disposiciones de aforo que en el resto de misas dominicales. “Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, se debe insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y en la importancia de mantener la distancia de seguridad”, comanda el texto a las diócesis.


Fuente El País

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