Cambio climático: por qué el consumo de carne y lácteos tiene tanto impacto
Cambiar la producción de alimentos es esencial para salvar al planeta de una catástrofe climática.
La advertencia es de los autores del informe sobre uso de la tierra que fue divulgado este jueves por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).
El IPCC es una organización intergubernamental de Naciones Unidas cuya misión es proveer una opinión objetiva y científica sobre la cuestión, sus impactos y las opciones de respuesta posibles.
Y su reporte, que fue elaborado por más de 100 científicos, afirma que el alto consumo de carne vacuna y productos lácteos, especialmente en los países de mayor ingreso, está alimentando la crisis climática.
"No le estamos diciendo a la gente que deje de comer carne.
En algunos sitios no tienen otra opción. Pero es obvio que en Occidente estamos comiendo demasiada carne", señaló a la BBC Pete Smith, científico de la Universidad de Aberdeen en Escocia y uno de los autores del informe.
El IPCC no solamente pone énfasis en reducir el consumo de carne vacuna. También destaca otros factores cruciales que están agravando el calentamiento global, como el mal manejo de los suelos en la agricultura, que reduce su capacidad de absorber carbono, y la desforestación.
No bastará con reducir la quema de combustibles fósiles para enfrentar el calentamiento global.
La agricultura, la desforestación y otros usos de la tierra son responsables de cerca del 25% de las emisiones de gases de invernadero relacionadas con la acción humana, de acuerdo al informe.
El IPCC destaca también la importancia de proteger los derechos de las comunidades indígenas guardianas de recursos naturales.
Líderes indígenas de más de 40 países emitieron un comunicado en respuesta al informe del IPCC en el que señalaron: "Finalmente, los científicos líderes del mundo reconocen lo que siempre hemos sabido.
Que nosotros, los pueblos indígenas y las comunidades locales jugamos un papel crítico en salvaguardar las tierras y bosques del mundo".
El cambio climático es una grave presión adicional para los problemas ya existentes en torno a un recurso limitado como la tierra.
Cerca de dos tercios de la tierra libre de hielo está ya afectada por la acción humana, según el informe del IPCC.
Y la crisis climática no podrá enfrentarse si no se toman medidas drásticas para reducir emisiones relacionadas con el uso de la tierra.
"Estamos ante una tormenta perfecta", dijo a la prensa británica Dave Reay, profesor de la Universidad de Edimburgo y uno de los expertos que revisó el texto del IPCC.
"La disponibilidad de tierra es limitada, la población humana se expande, y todo esto sucede con el factor sofocante de una emergencia climática.
Los ecosistemas terrestres nunca estuvieron ante una amenaza tan grande".
Carne roja
¿De qué forma contribuye la producción de carne vacuna al cambio climático?
El ganado libera metano, un potente gas de invernadero, y la desforestación, por ejemplo en la Amazonia, está vinculada en muchas ocasiones a la expansión de tierras para ganadería.
A pesar de los llamados a moderar el consumo de productos animales, en algunas regiones del mundo, especialmente China, el consumo de carne vacuna sigue subiendo a medida que mejora el ingreso.
Algunos analistas señalan sin embargo que reducir el consumo de carne vacunano es de por sí la panacea, si la carne es sustituida por soya u otros productos cultivados en tierra desforestada.
Una de las sugerencias del IPCC es que se incluya en el precio de los alimentos su impacto ambiental.
El informe también habla de la importancia de reducir el desperdicio de alimentos, antes y después de su venta a los consumidores.
Un aspecto positivo es el surgimiento en varios países de iniciativas como Partage en Suiza, que recolectan alimentos descartados por las tiendas y los distribuyen a familias.
La importancia crucial de los suelos
Una de las conclusiones más alarmantes del informe es que el suelo, del que depende la supervivencia de la humanidad, se está perdiendo a un ritmo 100 veces más rápido que la tasa a la cual se está formando.
En zonas agrícolas que no abren el terreno con arados, sino que utilizan otras técnicas como siembra directa, el ritmo de pérdida es mucho menor, entre 10 y 20 veces mayor que el de formación.
Las plantas absorben CO2 o dióxido de carbono de la atmósfera y atrapan ese CO2 en el suelo. Cuando la tierra se degrada el carbono es liberado nuevamente, y se espera que ese proceso se acelere con el cambio climático.
El aumento en la temperatura pueden hacer más rápida la descomposición de la materia orgánica en el suelo, aumentando las emisiones de gases de invernadero.
Soluciones
Entre los cambios en el uso de la tierra recomendados por los científicos se encuentran las siguientes acciones:
Proteger el bosque primario natural, especialmente en los trópicos, y regenerar áreas de bosque.
Comer menos carne roja y más vegetales.
Mejorar el manejo del suelo, con prácticas agrícolas que permitan almacenar la mayor cantidad de carbono.
Restaurar y proteger tierras que podrían potencialmente liberar grandes cantidades de carbono como las turbas.
Advertencia sobre biocombustibles
Un factor sobre el que el IPCC se mostró cauteloso es la llamada bioenergía, el uso de biocombustibles producidos a partir de plantas en lugar de combustibles fósiles.
La Agencia Internacional de Energía, IEA por sus siglas en inglés, predice que la bioenergía crecerá más en los próximos cinco años que la energía solar, eólica o la hidroeléctrica.
Pero los autores del informe del IPCC señalan que desviar tierra a la producción de biocombustibles puede implicar la reducción en cultivos esenciales para alimentar a la población.
El Panel recomienda por ello limitar la cantidad de tierra destinada a la bioenergía.
Fuente: BBC
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