Aumento de impuestos al tabaco, alcohol y bebidas azucaradas salvaría 50 millones de vidas
El documento del Grupo de Trabajo sobre Políticas Fiscales para la Salud, que integra el presidente Tabaré Vázquez junto con jerarcas y personalidades mundiales, señala que si los países incrementaran los impuestos para aumentar un 50 % el precio del tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas, podrían evitarse más de 50 millones de muertes prematuras en los próximos 50 años y se obtendrían más de 20 billones de dólares.
El 16 % del total de fallecimientos en el mundo se podría prevenir con la reducción del consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas. De los tres productos, el tabaco es el de mayor riesgo de salud y el mejor documentado. Por eso, “las políticas efectivas de impuestos al consumo son una herramienta subutilizada para reducir el consumo poco saludable de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas”, indica el documento publicado este jueves por el Grupo de Trabajo sobre Políticas Fiscales para la Salud.
Este grupo es integrado por el presidente Tabaré Vázquez, el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers, la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, jefes y jefas de Estado, ministros de Salud y prestigiosos académicos. El mandatario fue invitado a participar en esta iniciativa en 2018, cuando asistió a la primera reunión en Nueva York el 27 de marzo.
“Si todos los países incrementaran sus impuestos sobre el consumo para aumentar los precios del tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas en un 50 %, podrían evitarse más de 50 millones de muertes prematuras en todo el mundo durante los próximos 50 años, a la vez que se obtendría más de 20 billones de dólares de ingresos adicionales en el valor actual descontado”, explicita el documento, disponible en el sitio web de la Fundación Bloomberg.
Documento del Grupo de Trabajo sobre Política Fiscal para la Salud presentado el 11 de abril en Nueva York
Introducción
El Grupo de Trabajo sobre Política Fiscal para la Salud se reunió en 2018 para llamar la atención sobre el papel que pueden desempeñar las políticas fiscales en el diálogo mundial sobre desarrollo, salud y movilización de ingresos internos. En particular, encontramos que los impuestos significativos sobre la venta del tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas son esenciales para alcanzar las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionadas con garantizar una vida saludable, erradicar la pobreza y promover un empleo pleno y productivo. Dichos impuestos también pueden contribuir a la movilización de ingresos nacionales, como se destaca en el caso de los impuestos al tabaco en la Agenda de Acción de Addis Abeba.
Como grupo que ha lidiado con la salud pública y las políticas fiscales desde muchas perspectivas, incluida la de los ministerios de Finanzas, hemos llegado a la conclusión de que las políticas efectivas de impuestos al consumo son una herramienta subutilizada para reducir el consumo poco saludable de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas. Hacemos un llamado a todos los países y a la comunidad internacional para que actúen ahora a fin de aumentar los impuestos específicos sobre el consumo de estos productos para salvar vidas y cumplir con las aspiraciones del mundo de un futuro saludable y sostenible.
Resumen ejecutivo
Más de 10 millones de muertes prematuras cada año —aproximadamente el 16 % de todas las muertes en el mundo— se podrían prevenir reduciendo el consumo de tres productos: tabaco, alcohol y bebidas azucaradas. Si no se toman medidas hoy, la carga de la enfermedad atribuible a estos productos va a aumentar, especialmente en los países de ingresos bajos y medios que no pueden permitirse las pérdidas de productividad asociadas, los costos de atención médica y el empobrecimiento de los hogares.
De los tres productos, el tabaco es el de mayor riesgo de salud y el mejor documentado, con 8 millones de muertes al año. Casi 3 millones de personas mueren cada año debido al consumo de alcohol. El consumo de azúcar está implícito en la creciente carga de enfermedades por obesidad y diabetes, que representa alrededor de 6 millones de muertes cada año. Reducir el consumo de bebidas azucaradas es un primer paso hacia el desarrollo de nuevas estrategias para enfrentar esta última amenaza a la salud de la población.
La mayoría de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios, donde el aumento de los ingresos y los esfuerzos sostenidos de la industria para la comercialización están haciendo que estos productos estén más disponibles y sean más asequibles. Como resultado, el consumo de estos tres productos está aumentando.
Los impuestos sobre las ventas bien diseñados son altamente efectivos para reducir el consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas. La respuesta al aumento de precios tiende a ser mayor entre las personas con menos recursos y los jóvenes, beneficiándolos desproporcionadamente en términos de salud. Gravar estos tres productos se justifica no solo por los significativos y crecientes costos sanitarios y económicos que imponen a los usuarios, sino también por los sólidos argumentos económicos sobre fallas del mercado, externalidades negativas y eficiencia fiscal.
De hecho, pocas intervenciones tienen el poder de salvar tantas vidas como aumentar los impuestos al tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas. Y los ingresos adicionales que pueden obtenerse de tales aumentos de impuestos, si bien son secundarios a los beneficios en la salud, son sustanciales.
Si todos los países aumentaran sus impuestos sobre el consumo para aumentar los precios del tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas en un 50 %, podrían evitarse más de 50 millones de muertes prematuras en todo el mundo durante los próximos 50 años, a la vez que se obtendría más de 20 billones de dólares de ingresos adicionales en el valor actual descontado. Un mayor aumento en los impuestos y los precios en los próximos años salvaría más vidas, a la vez que elevaría aún más los ingresos.
Sin embargo, los gobiernos enfrentan una fuerte oposición con respecto al aumento de los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas por parte de los productores y sus aliados, que plantean de manera persistente las inquietudes sobre el impacto del aumento que tiene los impuestos en los ingresos, el empleo, el comercio ilícito y los pobres. Numerosos antecedentes en todo el mundo demuestran que estos argumentos son falsos o muy exagerados y ninguno justifica la inacción. Por el contrario, la política de impuestos sobre el consumo es una medida de política subutilizada pero altamente efectiva para reducir el consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas y obtener enormes beneficios para la salud.
Fuente: Prensa Gobierno Uruguay
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