Así serán los aviones de la nueva normalidad
De cabinas que separan pasajeros a aeronaves que quitan los asientos para llevar mercancías
Un avión solo gana dinero cuando vuela. Este es un mantra que se repite, con matices, en el sector de la aviación comercial. El matiz es que no solo un avión en tierra pierda dinero, sino que, incluso hoy volando su operación es aún más costoso para las compañías.
Esto es lo que está pasando con la tormenta perfecta de laCovid-19: miles de aviones se han quedado en tierra, hasta el punto de que aparcarlos está siendo todo un quebradero de cabeza y las aeronaves que siguen volando, salvo las cargueras, llevan unas ocupaciones tan pequeñas que hoy se mantienen en el aire para atender una conectividad mínima entre territorios.
Por hacer una comparación, ayer se realizaron tan sólo 275 operaciones aéreas en todos los aeropuertos de España, cuando la media diaria en un aeropuerto como Madrid-Barajas es de 1.168 despegues y aterrizajes y 943 en el caso de Barcelona-El Prat. Este es un indeseado escenario para una aviación que tendría que arrancar de nuevo en paralelo a la remisión de pandemia y en el momento en que las autoridades sanitarias empiecen a autorizar los viajes gradualmente.
Las aerolíneas españolas confían en que esta etapa sea temporal, hasta que exista una vacuna
Es en la llamada desde hace unos días “nueva normalidad” donde se está estudiando cómo van a ser los vuelos del futuro, tanto el inmediato como el que está por venir, pues una de las grandes preguntas de los viajeros es cómo se va a volar a partir de ahora y, por lo menos, hasta la llegada de la deseada vacuna que estabilice este escenario que ha cambiado por completo el día a día del mundo y que ha dado de lleno en el sector de la aviación comercial.
Actualmente, compañías como Air France y KLM están cumpliendo a rajatabla un protocolo de desinfecciones, y actuaciones sobre los pasajeros en cada vuelo. “Somos una aerolínea de raíz francesa y holandesa y dentro de algunos detalles puntuales para cada compañía por su gobierno, remamos en la misma dirección, aunque esto es un tema que cambia cada día”, comenta a La Vanguardia Almudena López-Amor, directora de comunicación de ambas aerolíneas en España.
En el espacio físico de las cabinas se está trabajando con diferentes escenarios por definir, como la reducción de ocupantes, dejando la butaca central libre en el caso de aviones de un solo pasillo. En otros casos, como en Lufthansa, se ha decidido que sea imperativo el uso de mascarillas y guantes desde el lunes y hasta nuevo aviso. También han aparecido algunas propuestas de fabricantes de interiores de aeronaves que están desarrollando semi-cápsulas, butacas que algunas aerolíneas ven con buenos ojos y otras con bastante escepticismo, pues si lo que se pretende es devolver la confianza al viajero, ese tipo de configuración en los aviones no es lo más atractivo.
Quien también ha movido ficha es Airbus: ha lanzado un producto por el cual las cabinas de pasaje se anulan, retirando los asientos y convirtiendo la clase turista en aviones de mercancías, aparatos muy cotizados desde hace semanas por las pocas unidades disponibles. “En la situación actual, convertir en cuestión de horas un avión parado en un avión de carga, puede dar un respiro a algunas aerolíneas” comentaba ayer a este diario por teléfono Yann Lardet, uno de los vicepresidentes de la empresa aeroespacial.
Algunos directivos de aerolíneas españolas consultados ayer por La Vanguardia mostraban cierto escepticismo con la viabilidad de nuevos modelos de cabina y opinaban que el peso de esta nueva etapa, que confían sea temporal hasta el descubrimiento de una vacuna, tiene que recaer también en las instalaciones aeroportuarias y no tan solo en el interior de los aviones. En muchos casos, restringir el numero de viajeros a bordo harían inviables muchas rutas por más que el precio medio del billete se incremente, indicaban.
También se mostraron preocupados viendo lo que sucede en otros países europeos con el apoyo de sus gobiernos hacia el sector: el de Italia con Alitalia, en Alemania con Lufthansa, el de Holanda con KLM o el suizo con Swiss, por poner unos ejemplos que distan con lo que sucede en España, donde incluso el documento del plan de desescalada es muy específico con todos los medios de transporte excepto la aviación: “las instrucciones para las diferentes fases ha quedado en blanco”, indican varios ejecutivos de compañías aéreas, sector íntimamente ligado con el turismo, generador del 13% del PIB y el 17% del empleo en España. Una realidad que va más allá de los asientos de los aviones.
Fuente La Vanguardia
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