Popotes de agave, la apuesta de Greenprint para cuidar el medio ambiente
Cuando Patricio Torre Marcos y Alfredo Cano Martínez se conocieron en su Monterrey natal, intuían que les esperaba un panorama de arduo trabajo y que la sustentabilidad e indirectamente la protección del medio ambiente ungiría su labor y en ese contexto, en 2018, crearon GreenPrint.
La necesidad de brindarle un enfoque comercial diferente a la «prostituida biodegradabilidad que enfrentamos hoy en día», fue lo que dio inicio a esta startup que sorprende: Torre Marcos tiene 24 años y es ingeniero civil de la Universidad de Southern California y Cano Martínez, de 25, se recibió de ingeniero mecánico en la Southern Methodist University.
La evolución de sus habilidades en administración, comercialización, desarrollo e innovación más una amplia conciencia ecológica los llevó a emprender en Greenprint.
Camino al andar
En principio «hicimos camino al andar», sostiene Cano Martínez, definiendo el negocio con la fabricación de cubiertos en base a aditivos que contribuyen a una mayor degradabilidad, pero luego llegaron los popotes, lo que motivó la expansión a nuevos mercados más allá de Monterrey y el resto del país.
La aprobación de la iniciativa del Congreso de Ciudad de México de prohibir los popotes y bolsas de plástico desde el próximo año, fue el detonador de la búsqueda de una solución de negocio.
«Así fue como surgió la necesidad de darle un contexto de venta diferente a los sorbetes, ya que el próximo año los de plástico dejarán de circular y la idea fue fabricarlos con resina de agave».
Los fabricados en base a resina de agave se degradan en aproximadamente un año al iniciar contacto con microorganismos, es así que GreenPrint ha logrado un producto con más de 35% de resina de agave -más aditivos-, que ya se vende en Monterrey en principales cadenas comerciales como Soriana y otras.
En auge
«Si bien comenzamos en Monterrey, trabajamos con distribuidores de alcance nacional y estamos iniciando la distribución en Estados Unidos y Sudamérica, haciendo hincapié en Brasil y en los grandes distribuidores como AB-InBev», sostuvo Eduardo Bouffier, quien también participó de la entrevista y cuya misión en GreenPrint es la venta y distribución de los mismos en el cono sur.
Sus productos cumplen con normas internacionales de biodegradabilidad como la ISO 15985 y la ASTM 5511 D, «lo que garantiza que se descomponen más rápido y a través del cumplimiento de las normas internacionales brindamos mayor confianza a nuestros clientes», añadieron.
Sobre el modelo de negocio, Torre Marcos, explicó que «tenemos dos sectores: retail y distribución institucional.
Para el retail hemos desarrollado un packaging acorde a las necesidades de hoy, teniendo en cuenta que este producto tendrá alta rotación en hogares y escuelas, por ejemplo».
El mercado habla
Si bien en la actualidad, GreenPrint también fabrica sorbetes de papel y almidón, cubiertos en base a aditivos que aceleran su descomposición, su idea es enfocarse en la fabricación de los de agave, en colores negro y beige.
Como corolario de la misión social de su empresa, Cano Martínez nos comentó sobre la puesta en marcha de la Fundación Recolectar, con la que prevén brindar un entorno educativo a su iniciativa.
«La idea es generar eventos que remarquen la conciencia ecológica, como recolectar plásticos o sembrar árboles. Buscamos profundizar la idea de la preservación del medio ambiente en las generaciones futuras».
Vale mencionar que GreenPrint, además de especializarse en el desarrollo y la comercialización de productos biodegradables, ha puesto foco en las energías renovables, el tratamiento del aire y del agua, como así también en aspectos de reciclaje.
Fuente: Forbes
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