Mujeres bolivianas tejen dispositivos que ayudan a reparar corazones de niños
Las mujeres indígenas aymarás tienen siglos de experiencia tejiendo, sus productos artesanales van desde sombreros y suéteres, hasta manta de lana y dispositivos que salvan vidas.
Toda su experiencia creando artesanías se están aplicando en la medicina y gracias a su paciencia y talento estos dispositivos están reparando agujeros en los corazones de niños y bebés bolivianos.
Los dispositivos toman aproximadamente dos horas de tejido y fueron diseñados por el cardiólogo Franz Freudenthal.
El doctor estableció su clínica en La Paz para ayudar a niños que nacen con problemas de corazón y gracias a su invento y las habilidosas manos de estas artesanas se han salvado cientos de vidas.
¿Cómo luce el dispositivo?
El aparato mejor conocido como oclusor, parece un sombrero de copa que se usa para bloquear los agujeros en los corazones de los pacientes.
La mayoría de los ocluyeres estándar se fabrican a escala industrial, pero la versión de Freduenthal es tan pequeña e intrincada que es técnicamente difícil de producir en masa.
Así que alistó a un ejercito de tejedoras artesanales tradicionales para que le ayudaran a hacerlos a mano.
En los primeros días probo los primeros prototipos con ovejas que padecían problemas cardíacos y al darse cuenta del éxito, continuó aplicándolos en niños.
Bolivia es el país más pobre de América del Sur y carece de suficientes hospitales especializados y médicos cardiacos para tratar a los niños que nacen con problemas cardíacos.
Así que las innovaciones baratas son bienvenidas.
Los dispositivos de Freudenthal se fabrican tejiendo una sola hebra de un metal superelástico utilizado en industrias militares.
Conocido como nitinol, una aleación de níquel-titanio, puede memorizar su propia forma y puede plegarse dentro de un catéter delgado que un cardiólogo inserta en la ingle.
El dispositivo permanece doblado a medida que viaja a través de los vasos sanguíneos, y solo se expande cuando llega al lugar correcto en el corazón.
Al recuperar su forma original bloquea el orificio o conducto que causa los problemas y puede permanecer allí sin la necesidad de ser cambiado.
El Dr. Freudenthal ha ganado muchos elogios y premios internacionales por su combinación de técnicas artesanales y su producto ha sido tan eficaz que incluso ya se exporta a todo el mundo.
El enfoque mínimamente invasivo también ayuda a evitar barreras culturales para el tratamiento: la manipulación de un corazón se considera un acto de profanación en el alma humana por parte de algunas comunidades indígenas de Bolivia.
“Al no operar con el corazón abierto”, dice el Dr. Freudenthal, “También estamos respetando la voluntad de muchos pacientes que no quisieran que sus hijos fueran operados de otra manera”.
Las personas que viven con problemas cardíacos congénitos luchan por aumentar de peso y se fatigan fácilmente, ya que sus corazones tienen que trabajar tres veces más duro que uno saludable para bombear sangre por todo el cuerpo.
¿Qué problema arregla el dispositivo?
El problema que el dispositivo pretende arreglar es un orificio en el corazón, que también se conoce como conducto arterioso persistente o PDA.
Antes de nacer, un bebé recibe oxígeno de su madre. Un vaso sanguíneo llamado ductus arteroiosus permite que la sangre evite los pulmones y se cierra por sí solo poco después del nacimiento.
Pero si no se cierra naturalmente, entonces hay un flujo sanguíneo irregular en el corazón. Esto puede provocar síntomas de falta de aliento y un retraso en el desarrollo, aunque a menudo no hay síntomas si el problema es leve.
Debido a la gran altitud y la falta de oxígeno en La Paz, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, Freudenthal dice que este tipo de problemas son 10 veces más frecuentes aquí que en otros países.
Bolivia tiene una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo.
Al menos para los pacientes en la clínica del Dr. Freudenthal, la respuesta a su problema está en manos de un grupo de mujeres capacitadas con el poder de arreglar corazones: tejer para salvar vidas.
Fuente: Nation
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