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El oro refulge con buenos propósitos: reciclaje, ética y sostenibilidad


Que deseable sea sinónimo de sostenible es la meta de un grupo creciente de joyeros que promociona el uso de oro "ético" o "ecológico" para la producción de alhajas.


En 2018, Chopard fue la primera gran compañía en anunciar un suministro de oro "100% ético" para sus creaciones joyeras y relojeras.


La marca suiza ya usa oro con certificación "Fairmined" (de prácticas responsables) para una parte de su producción, como la palma para el Festival de Cannes, pero ahora además se abastece exclusivamente en proveedores "verificados" que responden a normas medioambientales y sociales estrictas.


En medio de la barahúnda de certificados y de estándares en torno al oro llamado "responsable", destacan dos etiquetas de calidad: "Fairmined", concedida por una oenegé colombiana, y "Fairtrade" lanzada por la fundación suiza Max Havelaar, que apoyan minas artesanales interesadas en el medio ambiente, las condiciones laborales y la remuneración de los mineros.


Como su producción es muy limitada (unos cientos de kilos anuales, en comparación con la producción mundial de oro de 3.300 toneladas) los joyeros interesados en la trazabilidad recurren al oro reciclado y a los proveedores certificados por el organismo "RJC" (Consejo de Joyería Responsable, por sus siglas en inglés) que desarrolló una norma de referencia para toda la cadena de suministro.


Con más de 3,5 toneladas de oro "responsable" compradas desde 2015 para fabricar las joyas de sus marcas Boucheron, Pomellato, Dodo o Gucci, el gigante del lujo Kering se ha comprometido a usar un 100% de oro ético de aquí a 2020.


"Intentamos maximizar la parte de oro certificado Fairmined y Fairtrade, pero su pequeñísima producción tiene una fuerte demanda, entonces la mayoría de nuestro suministro es oro reciclado certificado RJC Cadena de Custodia" (RJC Chain of Custody), resume a la AFP Claire Piroddi, la responsable de desarrollo sostenible para relojería y joyería de Kering.


En términos de precios, el oro Fairmined o Fairtrade "es un 10 a 12% más caro. Pero el oro reciclado no genera casi sobrecoste y por lo tanto es un oro que ya tuvo una vida, en forma de joya o en el interior de un producto de alta tecnología", afirma.


Courbet, una marca lanzada en 2018, solo usa este metal precioso si procede de desechos electrónicos o industriales.


Polvo de oro reciclado

"No queremos promover la extracción minera o usar oro recientemente extraído, por eso hemos buscado a proveedores que reciclan el oro contenido en las tarjetas gráficas y los procesadores de ordenadores.


Porque sabemos que hoy, más de la mitad de las reservas de oro disponibles ya fue extraída", resume Marie-Ann Wachtmeister, cofundadora y directora artística de la compañía.


Más que "ética", Courbet se declara "ecológica". "En una mina una tonelada de tierra puede contener 5 gramos de oro, mientras que una tonelada de desechos electrónicos genera 200 gramos".


"Y los clientes exigen también cada vez más un enfoque ecológico, son conscientes del impacto en el día a día y ya reflexionan sobre el origen de la ropa que visten", resume Marie-Ann Wachtmeister.


"Hay una auténtica toma de conciencia en la opinión pública", apunta Thierry Lemaire, director general del taller parisino Ponce, certificado RJC y que solo usa oro reciclado.


"Es una lógica: si queremos hacer bien nuestro trabajo, más vale llegar al fondo respetando la naturaleza. Hoy es factible porque toda la cadena está estandarizada y los talleres como el nuestro que trabajan para las grandes firmas de la plaza Vendôme tienen certificación", explica el representante de la quinta generación de la empresa familiar.


El taller Ponce fabrica unas 45.000 sortijas por año.


Los artesanos funden el oro reciclado (adquirido en forma de granalla) con un pedazo de cuero sobre las rodillas para no desperdiciar ninguna esquirla del preciado metal.


"Cada viernes se pasa el aspirador en el taller para recoger el polvo o copos de metales preciosos y parte en envases Tupperware con destino a una empresa especializada en el reciclado de estos desechos un poco especiales", explica Thierry Lemaire. "No se pierde nada".



Fuente: AFP

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